Fortuna y virtud en la república democrática
¿Qué le interesa a Gramsci de
El Príncipe
dentro del marco de reflexión queha elegido? La explicación del fracaso en la constitución del Estado nacional ita-liano por lo que califica como el “carácter cosmopolita de los intelectuales” y porla función universal (y, por tanto, no nacional) que el papado va a cumplir en eseproceso histórico. Así lo señala en los
Quaderni
:“... Las razones de los sucesivosfracasos de crear una voluntad colectiva nacional-popular hay que buscarlas en laexistencia de determinados grupos sociales que se forman con la disolución de laburguesía comunal, en el carácter particular de otros grupos que reflejan la fun-ción internacional de Italia como sede de la Iglesia y depositaria del Sacro Impe-rio Romano. Esta función y la posición consiguiente determinan una situación in-terna que puede denominarse económica-corporativa, es decir, políticamente, lapeor de las formas de sociedad feudal, la forma menos progresiva y más estanca-da. Faltó siempre y no podía constituirse una fuerza jacobina eficiente, precisa-mente la fuerza que en otras naciones ha suscitado y organizado la voluntad co-lectiva nacional-popular fundando los Estados modernos...” (p. 1559).El fracaso del Maquiavelo de
El Príncipe
, el hecho de que sus prescripcionesno hayan encontrado un jefe capaz de realizarlas es lo que llevó al retraso secu-lar de la constitución del Estado nacional italiano. Ya el joven Hegel, el primergran apologista del pensador florentino, había visto en Maquiavelo “... una seriacabeza política en el sentido más grande y más noble...” capaz de plantear una so-lución para el mismo problema de fragmentación que padecía todavía entoncesAlemania. “... En la época de su desgracia -escribe- cuando Italia se precipitó ensu miseria (...) un hombre de Estado italiano, profundamente conmovido por es-ta situación de miseria general, de odio, de desorden, de ceguera, concibió confría serenidad la necesaria idea de salvar a Italia mediante su unificación en unEstado...” (Hegel, 1972: p. 120).Esa idea de fundación de un nuevo Estado es la que Gramsci recoge de lasprescripciones de Maquiavelo; por eso su preocupación casi exclusiva por
ElPríncipe
como exponente de lo que llama las “... cuestiones de gran política: crea-ción de nuevos Estados, conservación y defensa de estructuras orgánicas en suconjunto; cuestiones de dictadura y hegemonía en vasta escala, es decir, sobre to-do un área estatal...”. Pero esta preferencia por los temas de
El Príncipe
no colo-ca, en opinión de Gramsci, a ese texto en contraposición absoluta a los
Discur-sos
: coincidiendo con un comentarista de Maquiavelo, Luigi Russo, quien señalaque
El Príncipe
es el tratado de la dictadura (momento de la autoridad y del indi-viduo) y los
Discursos
el de la hegemonía (momento de lo universal y de la liber-tad), Gramsci escribe: “... La observación de Russo es exacta, aún cuando en
ElPríncipe
no faltan referencias al momento de la hegemonía o del consenso juntoal de la autoridad o de la fuerza. Es justa así la observación de que no existe opo-sición de principio entre principado y república, sino de que se trata de la hipós-tasis de los dos momentos de autoridad y universalidad...” (p. 1564).150
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